BATON ROUGE, Luisiana, EU.
Landry fue parte de un grupo de más de una decena de gobernadores republicanos que visitó la frontera la semana pasada en el poblado de Eagle Pass, Texas, y posteriormente se refirió a la situación en el lugar como “una emergencia”.
Luego de que un acuerdo de seguridad fronteriza se viniera abajo en el Congreso, el gobernador de Luisiana, Jeff Landry, anunció el jueves que enviará a miembros de la Guardia Nacional estatal a la frontera entre Estados Unidos y México en Texas. Landry anunció el plan durante una conferencia de prensa en el Capitolio de Luisiana, con lo que se suma a una creciente lista de gobernadores republicanos que han puesto a disposición recursos de sus estados.
Landry fue parte de un grupo de más de una decena de gobernadores republicanos que visitó la frontera la semana pasada en el poblado de Eagle Pass, Texas, y posteriormente se refirió a la situación en el lugar como “una emergencia”.
El jueves arremetió contra el gobierno federal, y afirmó que éste, en esencia, “ha llamado a quienes intentan venir ilegalmente al país al decir: ‘Miren, si nadan al otro lado del río Grande, los dejaremos pasar por allí’”.
“Como el gobierno federal no va a tomar medidas, como el presidente no hará su trabajo, como el Congreso se niega a presentar un plan de inmigración sólido que proteja a este país y permite que las personas entren y salgan de este país de la manera que se ha hecho desde el principio, entonces los estados van a actuar”, añadió Landry.
El despliegue de alrededor de 150 miembros de la Guardia Nacional de Luisiana posiblemente comenzará en marzo, indicaron funcionarios.
El costo calculado del despliegue (3 millones de dólares) requeriría la aprobación de la legislatura estatal, de mayoría republicana. Los elementos de la Guardia Nacional estatal no tendrán la autoridad para detener a migrantes, señaló el general de brigada Michael Greer, director del Departamento Militar de Luisiana.
Hasta el momento, por lo menos una docena de gobernadores han desplegado elementos a Texas, que van desde unas pocas decenas de soldados a más de 100. Desde mayo, Florida ha enviado a Texas a más de 1.000 miembros de la Guardia Nacional y policías estatales, entre otros.