Suman 170 denuncias en la ciudad
Chihuahua.
La suplencia de identidad es una modalidad donde los extorsionadores se hacen pasar por personas conocidas o autoridades para solicitar dinero o información sensible
De enero a la fecha, la Fiscalía General del Estado (FGE), ha recibido 170 denuncias por el delito de extorsión en la ciudad de Chihuahua, por las cuales las víctimas han sido despojadas de por lo menos 13 millones de pesos.
Lo anterior, fue dado a conocer por el coordinador de la Unidad Especializada en Delitos de Extorsión, Miguel Gutiérrez Bustamante, quien dijo que con el paso de los años, esta acción delictiva ha ido incrementando.
“Estos delitos han ido mutando y proliferando a través de las redes sociales, con llamadas telefónicas, mensajes de texto o en Whatsapp que son mandados al azar”, refirió el funcionario a través de una rueda de prensa.
Además, según Gutiérrez Bustamante, en la mayoría de los casos, los delincuentes son personas que están dentro de los centros penitenciarios, principalmente del estado de Jalisco.
“Estos se aprovechan de las víctimas quienes terminan haciendo transferencias bancarias y /o depósitos tras engaños”.
Entre las modalidades están los falsos premios, que es cuando los estafadores informan a las víctimas que han ganado regalos inexistentes y solicitan dinero o información personal para reclamarlos.
Además, está la suplantación de identidad. Con esa modalidad, los extorsionadores, se hacen pasar por personas conocidas o autoridades para solicitar dinero o información sensible.
También los cargos bancarios falsos no reconocidos, que es cuando las víctimas reciben notificaciones de cargos que no reconocen, instándolas a proporcionar información bancaria para resolver el problema.
Uno más es sobre los falsos paquetes; en este caso, se informa a las víctimas sobre paquetes que supuestamente están en tránsito y pidiéndoles pagar tarifas para liberarlos.
Además de las notarías falsas, que son estafadores que se hacen pasar por notarios para solicitar pagos o información personal bajo pretextos legales inexistentes.
En cuanto a las sentencias condenatorias en este año por el delito de extorsión, suman cinco en total: tres en juicio oral y dos abreviados, con reparación del daño de 200 mil pesos.
“Tenemos llamadas de los reclusorios Norte, Santa Martha Acatitla, Altamira y de otros de Jalisco, también”, externó el coordinador.
De acuerdo con información del Gobierno Federal, el fenómeno de la extorsión telefónica en México tiene sus orígenes a principio del año 2000, cuando el acceso a la telefonía celular se amplió a un mayor número de sectores de la población.
Los delincuentes comenzaron a utilizar esos aparatos de comunicación para contactar a sus posibles víctimas, mediante llamadas o mensajes de texto.
A través de la comunicación vía celular, los delincuentes planteaban supuestos escenarios que incluían situaciones de riesgo o peligro para la posible víctima y/o familiares, tales como amenaza de daño físico o patrimonial, secuestros, detenciones de familiares a causa de un delito, así como actividades de organizaciones delictivas que “vendían” seguridad, entre otras.
Luego, evolucionaron y comenzaron a utilizar argumentos menos agresivos y elaborados, entre los que se incluyeron premios obtenidos tras algún sorteo, campañas publicitarias e incluso, nombrar a fundaciones altruistas.
En la extorsión la delincuencia utiliza la violencia psicológica para intimidar a las víctimas, por ejemplo, utilizando agresiones verbales. En otras ocasiones aprovechan la buena fe de las personas para engañarlas.
En la mayoría de los casos, los delincuentes eligen al azar a la víctima, utilizando directorios telefónicos, datos personales obtenidos a través de distintas vías e incluso, tomando la información difundida de forma pública en redes sociales por la propia persona.
A veces generan un diálogo previo con la víctima, al ostentarse como representantes de una institución bancaria, prestador de servicios de telefonía e incluso de gobierno. Su objetivo es obtener información básica para luego utilizarla como parte de su estrategia de extorsión.